EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES
ha sido el grito unánime de todas los hombres y mujeres que hemos participado
este 8 de Marzo en los actos celebrados con motivo del Día Internacional de la
mujer.
La lucha por los derechos humanos de
la mujer es una planta que con mucho esfuerzo ha ido creciendo, ha ido ganando
raíces, tallo, ramas, hojas, pero que necesariamente ha tenido y tendrá aun por
mucho tiempo, que ser regada con llanto, con muchas lágrimas de pesar, de rabia
contenida, de voluntad inquebrantable, de anhelos por ver a la crisálida
emerger un día de ese capullo gris que no sólo la limitaba sino que la mantenía
aislada del mundo exterior aprisionando el sueño mágico del vuelo libre.
No sé cuántos días internacionales
de la mujer más habrá que celebrar para ir ganando espacios, tal vez no lo
veamos, pero hoy, acá y ahora, alzamos nuestra copa para decir salud señoras
del mundo por estar ahí, de pie y a la orden, peleándole a la vida para hacer
caer un día, el oscuro muro de la ignominia, de la abominación y el
oscurantismo. ¡Salud!
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