Orain dela bostehun urte, aurrean ditugun soro
hauek guztiak gorpuez beteta zeuden, lau egun lehenago, ekainaren 30.ean
izandako batailan eroritakoak. Han-hemenka, zaldunik gabeko zaldiak ibiltzen
ziren, eta lurrean sakabanatzen ziren abandonaturiko armak, izorratutako
kanoiak, eta erre izandako gurdiak. Garia jaso gabe eta zapaldurik zegoen, eta
lurrean, lokatz gorri lehor baten gainean, Nafarroako banderak botata, gorriak
haiek ere. Heriotzaren kiratsa Iruñeraino iritsiko zen.
Ahora mismo hace cinco siglos, aquel 4 de julio de
1521, estos campos que veis aquí delante se encontraban sembrados con los
cuerpos de los miles de caídos en la llamada batalla de Noain, 4 días antes, el
30 de junio de 1521. Aquí y allí deambulaban, aún asustados, unos cuantos
caballos sin jinete, y por el suelo se veían las armas abandonadas, los cañones
inutilizados y los carros incendiados. El trigo había quedado finalmente sin
cosechar, y había sido aplastado además por el paso de los ejércitos. Un barro
rojo y seco lo cubría todo, y encima, también caídas y abandonadas, yacían
abatidas las banderas de Navarra.
La libertad, la ansiada libertad y la independencia
habían durado poco más de mes y medio, desde el 9 de mayo en que Asparrots
entró en Baja Navarra atravesando el río Adur, hasta aquel nefasto 30 de junio.
Quinientos años han pasado desde
aquel domingo caluroso de junio y, sin embargo, cuando miramos nuestra realidad
con ojo crítico, comprobamos que todavía hay quien acude a Getze, a Noain, a
este mismo lugar, con la idea de agraviar lo que este monumento significa. Lo
hemos podido ver estos últimos días. Ello nos da la verdadera medida de lo
mucho que aún queda por hacer para recuperar nuestra verdadera historia, y por
eso es también importante recordar que todavía tenemos citas pendientes. La
próxima el año que viene, en julio de 2022, cuando se cumplan quinientos años
del asedio y toma del simbólico castillo de Amaiur.
Ziur naiz hantxe ikusiko garela hemen gauden
guztiak, gaurko ilusio berberarekin. Bitartean, pentsatu beharko dugu bost
mende beranduago, Nafarroak, benetako Nafarroak, bizirik irauten duela, etsi
gabe.
Cinco siglos después de la batalla de Noain, hay de
nuevo navarras y navarros sobre los campos de Getze, pero esta vez son hombres
y mujeres libres, y están en pie. Y las banderas que portan no han caído al
suelo, sino que ondean más libres y orgullosas que nunca.
Jendea aske zutik, Gora
Nafarroa...!
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