2016 XVII. ESPARTINEN MARTXA
sábado, 24 de julio de 2010
viernes, 23 de julio de 2010
jueves, 22 de julio de 2010
miércoles, 21 de julio de 2010
lunes, 19 de julio de 2010
Itzulera -- La vuelta a casa

Mayo de 1924. Los puertos ya no blanqueaban. Había nerviosismo en los talleres. Era el último día de trabajo de las roncalesas. Hacia las siete de la tarde, nos despedimos entre besos y abrazos de todas las compañeras. Nos retiramos pronto a casa Glaría. Ya habíamos empaquetado las compras para nuestros hogares: sábanas, vajillas, colchas, porcelana y como no, unas tabletas de chocolate y alguna media libra de café. Nos parecía un sueño que pronto íbamos a abrazar a las gentes del valle. Amanecía en Maule. Era una mañana fresca. Poco a poco se iban llenando los camiones. Hacia las ocho partimos hacia la Caserna. Nuestros corazones latían más de prisa aquella mañana. Nuestros ojos se enrasaron cuando divisamos a lo lejos la silueta de nuestros familares que nos sesperaban para transportar la carga. Salté del camión y abracé a mi padre. Cargamos nuestros bultos en los machos e iniciamos la subida al valle. Al llegar al collado de Arangoiti, no pudimos contener nuestra alegría. Por fin habíamos llegado a nuestro valle. Aunque no podíamos disipar de nuesta mente la idea de que el próximo otoño volveríamos de nuevo a Maule a la alpargata.
Ekuarpen onak -- Mis recuerdos

But et talon

Gore xanarea -- Nuestra comida

Lan-orenak -- Horario de trabajo

Nuestro horario de trabajo comenzaba hacia las siete de la mañana, trabajando sin interrupción hasta las dos. Sentadas sobre los fardos de esparto, comíamos un gran trozo de pan con dos sardinas o embutidos y de nuevo al tajo hasta las siete u ocho de la tarde. Era un trabajo duro. Trabajábamos como negras. Los domingos los talleres permanecían abiertos
viernes, 16 de julio de 2010
Gore etse berria

Bidaia -- La marcha
